lunes, 9 de enero de 2017


1.4 EL MAESTRO COMO ACTOR IMPORTANTE EN EL PROCESO EDUCATIVO Uno de los actores importantes en el proceso educativo es el maestro, quién tendrá una influencia positiva o negativa según como sea manejada la relación maestro-alumno(a). Es necesario que los maestros favorezcan un clima de confianza, colaboración, solidaridad, donde las interacciones se den de manera “Estudio de la Inclusión Educativa para los niños y niñas de edad Preescolar”  Priscila Mejía – Jessica Ulloa  Página 19  afectuosa, cercana y sobre todo con respeto, donde se pueda percibir apoyo tanto de los maestros, directores de las instituciones educativas, para de esta manera lograr altos niveles de autoestima, seguridad, rendimiento escolar en cada una de las actividades de los niños y niñas desde muy temprana edad. “El papel de mediador del maestro de preescolar en los procesos de inclusión, es entonces el de un dador de significados, el de un investigador incansable de “mediaciones pedagógicas” que posibiliten la aceptación, el reconocimiento y la atención a la diversidad, entendida en su magnitud, diferencias que en vez de ser homogenizadas se deben potenciar y es en la temprana infancia el período de vida donde los seres humanos consolidan de la mano con las personas que los rodean los procesos que los diferenciaran el resto de vida, es aquí donde se consolidan en el niño los procesos de individuación y de socialización”. (Builes) Como maestros debemos enfatizar nuestra atención en el área socio afectiva de los niños y niñas, ya que esta área nos permite interacciones constantes entre el niño consigo mismo, con el medio y con sus pares, donde su base es la comunidad en la que se desenvuelve, porque él se convierte en participe de la inclusión expresada a diario mediante el compartir con sus amigos(as), colaborar en actividades grupales que hacen que todo individuo se desarrolle con autonomía, seguridad y sobre todo donde él se sienta parte de un grupo. Los docentes creativos, con una mentalidad abierta a los cambios tendrán la labor de permitir a todos los niños(as) experimentar, crear y mantener relaciones interpersonales satisfactorias. Desechando prejuicios que se ven muchas de las veces impregnados en nuestra cultura y los cuales resultan nocivos al momento de nuestra practica de enseñanza- aprendizaje y de la búsqueda del bienestar emocional de nuestros niños durante su formación. Los prejuicios a los que nos referimos los ejemplificaremos a continuación: cuando llega un nuevo año escolar “Estudio de la Inclusión Educativa para los niños y niñas de edad Preescolar”  Priscila Mejía – Jessica Ulloa  Página 20  y la directora nos informa sobre el grupo del cual estaremos a cargo, nosotros al momento de que escuchamos que un niño(a) tiene algún tipo de necesidad especial, desde ese instante se nos vienen ideas de que con aquel niño no podremos avanzar como con los otros, que nos entorpecerá el trabajo con el resto de compañeritos(a), en fin antes de conocer a la persona comenzamos a establecer criterios, a fijar metas a formar perspectivas que pudieran ser distintas si abriéramos nuestra mente, nuestras ganas de seguir aprendiendo mediante estas grandes pruebas que nos presenta la vida, porque de los niños podemos aprender y seguir creciendo como seres humanos, profesionales, alcanzando grandes logros, creando, buscando diferentes estrategias de enseñanza y no sumergiéndonos en la mediocridad al seguir haciendo lo de siempre. Los niños esperan que sus maestros, den siempre respuestas oportunas, con respeto a sus necesidades para de esta manera no sentirse excluidos del sistema. Es importante que los docentes creen clases que permitan a todos los niños(as) desenvolverse con libertad, respeto y que las diferencias existentes constituyan un reto, un reto para luchar contra nuestras propias expresiones, prejuicios, currículo, para de esta forma poder hablar de una verdadera inclusión. “No podemos cambiar la percepción de todas las personas del entorno, pero somos responsables de nuestras propias percepciones: de identificarlas, analizarlas, de contrastarlas con la realidad, de cambiarlas o de mantenerlas “. (Ministerio de Educación del Ecuador, 2009:27). 1.5 “EFECTO PIGMALIÓN” Según un experimento realizado a finales de la década de los sesenta por el psicólogo Robert Rosenthal, se descubrió que las expectativas de los maestros se reflejan en el desempeño de los alumnos, pues los maestros al saber que sus alumnos tienen potencial o son más brillantes que otros, ellos visualizan buenos resultados desde el inicio. Estos resultados no dependen exclusivamente de la “Estudio de la Inclusión Educativa para los niños y niñas de edad Preescolar”  Priscila Mejía – Jessica Ulloa  Página 21  inteligencia de los niños(as), sino de la atención, apoyo, tiempo que el educador brinda hacia sus alumnos con potencial, lo cual permite a los niños alcanzar los resultados que sus maestros desean de ellos. En este descubrimiento se concluyo que “mientras más altas son las expectativas que tiene una persona respecto a otra, más probable será que ésta última logre resultados positivos’’ (Ministerio de Educación, 2009:31). En nuestra práctica como docentes, muchas de las veces nos dejamos llevar por comentarios de maestros anteriores a nuestro nivel, dejando infiltrar prejuicios, estereotipos, encasillándolos, sin darles la oportunidad a las niñas y niños de poder demostrarnos sus capacidades, destrezas y habilidades antes de juzgarlos. Cada ser humano posee un tipo de inteligencia y es deber de los docentes descubrir en sus alumnos que inteligencia posee cada uno de ellos y sacarles provecho de las mismas. Si todos los maestros cambiáramos nuestras formas de pensar y diéramos paso a nuevos métodos de enseñanza, pensados en cubrir las necesidades de todos los alumnos y siempre buscando para los niños y niñas un desarrollo integral, en ese momento comenzaríamos hablar de una verdadera Inclusión Educativa, en una Inclusión Educativa sin distinciones, preferencias, sin etiquetas culturales que deben romperse desde ahora y comenzar un nuevo y mejor estilo de Educación. Si empezamos por cambiar nosotros, este sueño de la Educación Inclusiva no será tan sólo una utopía, lo podemos lograr si nos lo proponemos. Es un camino largo por recorrer pero no imposible, donde el requisito esencial es comprometernos a abandonar viejos prejuicios de un sistema educativo enraizado que persigue elementos equívocos en el ejercicio de la labor, el trabajo en sí está en crear una sociedad democrática como lo dice: “Estudio de la Inclusión Educativa para los niños y niñas de edad Preescolar”  Priscila Mejía – Jessica Ulloa  Página 22  ”Una sociedad es democrática en la medida en que facilita la participación de sus bienes de todos sus miembros en condiciones iguales y que asegura el reajuste flexible de sus instituciones mediante la interacción de las diferentes formas de vida asociada. Tal sociedad debe tener un tipo de educación que dé a los individuos un interés personal en las relaciones y el control social y los hábitos espirituales que produzca los cambios sociales sin introducir desorden” (LÓPEZ, 2004: 127. cita a DEWEY, 1971: 110-111)

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